Cuatro formas sanas de comer #helado y no engordar (tanto)

  • En verano, el 70% de los españoles tomamos helados al menos una vez a la semana

Cuatro formas sanas de comer helado y no engordar (tanto)

Los helados son para el verano. Aunque seguramente sea un slogan nefasto para una compañía, como afirmación es irrebatible: el helado es nuestro tentempié favorito en la época estival. Según el I Estudio Frigo de hábitos de consumo de helados en España, realizado en 2015, el 70% de los españoles consumimos helados en verano una o más veces por semana (un tercio afirma tomarlos casi diariamente) y es el aperitivo preferido por un 61% para tomar entre horas.

La mejor noticia de aquel estudio es que revelaba la tendencia de que en la última década se fabrican y comercializan helados con menos azúcares y colorantes artificiales. Y es que repensar el concepto del helado tradicional -todavía omnipresente- en nuestro tiempo es una obligación que, por suerte, está cada vez más arraigada en todos nosotros. Por eso te presentamos cuatro alternativas más saludables que, aunque no sean la panacea de una dieta -el helado es helado y conviente no abusar sin control-, sí nos permitirán estar libres de pecado, excitar nuestra creatividad culinaria y conseguir beneficios nutricionales.

Sorbete casero

Fácil, rápido y saludable. Para preparar sorbete casero solo necesitamos nuestra fruta favorita, agua y moldes para congelar. Como su composición es en un 85% o 90% agua, nos ayudará a calmar la sed, a refrescarnos y a sobrellevar la digestión con ligereza. Gracias a la sencillez de sus ingredientes y a una preparación sin alteraciones conseguimos un producto libre de grasas, lácteos o nata. Además, las recetas son tan variadas como lo sea tu imaginación.

En los restaurantes también es una opción preferible al dulce o al helado -aunque en este caso no podamos controlar el nivel de azúcar-, mientras que comprarlo en un supermercado no es recomendable, puesto que están tan llenos de conservantes que su constitución apenas recuerda a la de un buen sorbete natural.

Helados caseros

Muchos hemos jugado a hacer helados de esta manera. Es tan sencillo como tomar varias piezas de fruta, cortarlas en rodajas y esperar un par de horas a que se congelen en un recipiente hermético. Después las trituramos en una licuadora. Aunque parezca simple, podemos conseguir sabores diferentes jugando con especias como la canela, añadiendo frutos secos o combinando distintas frutas. Otra opción es hacer zumos de frutas y congelarlos para hacer polos caseros.

Sirope natural

En lugar de apretar como energúmenos el bote de sirope de chocolate contra el helado, una alternativa más sana -y civilizada- para dar sabor a los típicos cucuruchos de nata es crear nuestro propio sustituto de sirope a partir de frambuesas o de cerezas frescas y naturales. Solo tenemos que triturarlas, hervirlas en una olla con agua y un poquito de azúcar, y guardar el líquido obtenido en la nevera.

Helado comprado bajo en calorías

Si ninguna alternativa termina de convencerte, entonces lo más semejante al helado tradicional es un helado tradicional saludable. Existen marcas como Halo Top que se han convertido en un hit en Norteamérica.

El futuro del helado pasa por propuestas como la suya: compuestos con ingredientes naturales, bajos en azúcar y carbohidratos y altos en proteínas. Avalado por especialistas, un litro entero ronda las 300 calorías. Las tendencias saludables en helados también se hacen notar en España y un ejemplo de ello son las tiendas de Lolo Polos Artesanos.

Fuente: http://ow.ly/c0Jc30e4tee

Categoría: GENERAL Martes 1 de Agosto del 2017