Esta es la cantidad de fibra que debemos comer en nuestra dieta

  • En esto nos equivocamos al implementar dietas ricas en fibra

Esta es la cantidad de fibra que debemos comer en nuestra dieta

Garantizar una ingesta diaria suficiente de fibra dietética es primordial para nuestra salud intestinal, pero poner en marcha cambios drásticos para corregir estos déficits no es la mejor solución.

La Organización Mundial de la Salud recomienda una ingesta de entre 27 y 40 gramos de fibra al día. Sin embargo, en muchos países occidentales el consumo medio está muy por debajo de estas cifras: según la Encuesta Nacional de Ingesta Dietética Española de 2011, nueve de cada diez españoles no ingieren diariamente la cantidad de fibra recomendada.

Aunque estos datos muestran que el gran problema a enfrentar es el de la falta de fibra, el exceso puede acarrear consecuencias adversas, un detalle en el que la OMS incide y al que quizá no se le presta la suficiente atención. Alterar nuestras costumbres corrigiendo la falta de fibra con un incremento brusco en ella –por ejemplo cuando iniciamos dietas concretas– es sinónimo de sufrir síntomas desagradables.

El exceso de fibra es perjudicial para nuestra salud

Alcanzar una dieta saludable nos asegura no tener problemas con la fibra, pero para llegar a ese punto debemos experimentar lentamente con nuestro cuerpo, acostumbrando poco a poco al tracto intestinal a la aparición de la fibra mientras ingerimos cantidades adecuadas de agua. Y es que, en ocasiones, tener demasiado de lo bueno no es garantía de éxito.

Normalmente el exceso de fibra –unos 70 gramos– se manifiesta con molestias digestivas como flatulencias, diarrea, gases o inflamación abdominal, debido a la fermentación de la fibra por las bacterias anaerobias en el colon. Al mismo tiempo, consumir demasiada fibra y poca agua puede provocar lo contrario: estreñimiento. Y en algunos casos, se ha llegado a describir obstrucción intestinal.

Pero más allá de estas molestias a nivel digestivo, así como la fibra no permite la absorción de algunos compuestos (sustancias tóxicas, colesterol y otros lípidos) favoreciendo el funcionamiento intestinal, la ingesta abusiva de fibra, especialmente el exceso a largo plazo, puede disminuir la absorción de minerales importantes para el organismo, como el calcio, el hierro, el zinc y el cobre.

El otro gran equívoco que surge al querer implementar dietas ricas en fibra es dejarnos llevar por aquellos productos envasados o procesados anunciados como ricos en fibra. Y es que no toda la fibra es igual: su procedencia puede ser determinante. Una de las reglas nutricionales básicas, aquella que nos insta a comer frutas y verduras, tiene también aquí su justificación.

Los alimentos procesados disminuyen el valor de la fibra original

El dietista-nutricionista Luis J. Morán Fagúndez (DNS Nutrition Services) nos explica que la fibra de los envasados puede haber sido sometida a procesos mecánicos, térmicos o culinarios que modifican su estructura. “Habría que analizar los diferentes tipos de alimentos envasados y las operaciones a las que han sido sometidos para comprobar la “calidad” de la fibra que consumimos. Normalmente, estos procesos suelen reducirla respecto a la que podemos encontrar en el alimento de origen o de referencia”.

”La fibra presente en frutas y verduras mantiene unas cualidades óptimas para nuestra alimentación, desempeñando funciones fisiológicas sumamente importantes, como estimular el peristaltismo intestinal. La inclusión de frutas frescas, verduras y derivados de cereales (siempre que no tengan harina refinada), junto con las legumbres, aporta la dosis necesaria de fibra en la dieta”, concluye.

Categoría: GENERAL Lunes 11 de Septiembre del 2017