Los guionistas españoles: «Las cadenas tienen mucho poder porque la alternativa es no currar»

Los actores todavía se encuentran con personas que les dicen por la calle «¡Ay que ver que cosas se os ocurren sobre la marcha!». Son de los pocos espectadores que aún no conocen a los verdaderos padres de las series, sus guionistas, encargados de dar voz y vida a los personajes. Una tarea que, tal y como contaron Alberto Caballero («La que se avecina»), Carlos López («El Príncipe») y Manuel Ríos («Sin identidad») en un encuentro con Isabel Vázquez, presentadora de «Escríbeme una serie» (Canal+), a veces choca con las necesidades de producción, la voluntad de las cadenas o las convenciones de la industria.
«El problema de esta país es que no hay una producción paralela. Solo hay dos grupos que comenzaron a hacer industria y un tercero que se lo gastó todo en el fútbol», comenta Alberto Caballero. ?Solo hay un gran escaparate, el prime time, es como si todo estuviera reducido a eso, y dentro de ese horario no tenemos que perder a ningún público», completa su compañero, Carlos López, que ahora también prepara «La embajada» para Bambú. «Es normal que las cadenas influyan mucho. Tienen mucho poder porque la alternativa es no currar», concluye el escritor de comedia.
Uno de los conceptos más controvertidos que se manejan en el sector es el tema de la autoría. «Los canales se apropian de los derechos y la productora es un especie de subcontrata», explica Carlos López. «Yo era sobrino del jefe y no tenía tanto problema?, bromea Caballero, pero tu llegas con tu idea, te la compran y se la encargan a tu productora. Es un sistema perverso, porque tú asumes la responsabilidad económica. Si vas a pedir una hipoteca con un contrato de una serie no te lo dan. De hecho, hay cláusulas que permiten retirar el programa sin costes adicionales si no llega a ciertos objetivos de share», mantiene el creador, que a con más de cien capítulos de ?La que se avecina? a sus espaldas reconoce que aún se despierta cada mañana pendiente del share. «El sector vive muerto de miedo, y hay que tener en cuenta que la creatividad está relacionada con la tranquilidad».
Si los guionistas británicos protestaron hace unos meses porque no cobraban el salario mínimo, aquí una de las reivindicaciones es que también se paguen los borradores que se entregan y que no acaban en pantalla. «Para montar una tienda hace falta una gran inversión inicial (reformas, inventario...En cambio, para hacer una serie solo un guión. Cuando lo entregamos el trabajo ya está hecho ¿Por qué no pagarlo?», se pregunta Manuel Ríos. Los creadores cuentan que pese a todo nunca les han robado una idea. «Aunque a mí sí me ha pasado alguna vez encontrarme con alguna cosa parecida», añade el coordinador de guiones de «Sin identidad».
Sexo y censura
Además de flecos industriales, el trabajo de estos escritores también tiene algún tropiezo con el contenido. Sorprendentemente, uno de los últimos atisbos de censura a los que se enfrentan son las relaciones sexuales. «Tienes que meter algo de sexo porque vende, pero luego es arriesgado, porque si te pasas el público te castiga», confiesa Manuel Ríos, coordinador de guión de Sin identidad, una serie muy arriesgada en este sentido, aunque su creador defiende que esos tramos son esenciales porque no son gratuitos para la trama.
En comedia, Alberto Caballero también relata que ha tenido algún tropiezo con este tipo de tramas. «La filosofía de mi cadena es que el final de una serie lo decide el público. Una vez, nos dijeron que le gustaba mucho ?La que se avecina?, pero que querían más carne, así que vestimos a Ernesto solo con un delantal y nos dijeron que, lógicamente, no ser referían a eso», bromea Alberto Caballero, aficionado a las tramas gamberras relacionadas con este tipo de tabús. «Para nosotros estas chorradas sexuales eran los mejores momentos, pero nos decían que la serie la ven muchos niños. Es cierto, pero bueno es una serie que se emite por la noche, y además está el control de los padres», continúa Caballero. Paradójicamente, apunta Ríos, mientras buscamos «el sexo estético» de «El Príncipe», que sí funciona, «nos estamos olvidando de las relaciones de adultos, que en las series actuales se comportan como adolescentes».
El guionista, al centro
La clave del éxito de la industria televisiva sueca, que han exportado con éxito series como «Borgen», es poner a los guionistas en el centro y darles total libertad. «Es lógico, una serie no saldrá auténtica si no le das el control a sus creadores, que además saben lo que es enfrentarse al miedo al folio en blanco, nuestro equivalente al pánico escénico», subraya Caballero. «Además, si la gente se engancha a las series es porque les gusta la historia y los personajes», completa López. Sin embargo, estas obligaciones pueden alejar al guionista de la pura creatividad. Aunque cada vez se oyen más nombres como Ramón Campos o Javier Olivares «no todo el mundo vale para estar en el centro, porque acabas centrándote mucho en cuestiones administrativas», relata Ríos.
También es frecuente la colaboración y los «trapicheos» con producción.«En "El Príncipe" una vez estaban con muchas complicaciones en producción para no cambiar un detalle del guión, la situación de una habitación, y al final era más fácil cambiarlo. El equipo respeta nuestro trabajo más de lo que pensamos», confiesa López. «En "Sin identidad", por ejemplo, dimos más continuidad a la trama de Verónica Sánchez porque Megan Montaner no podía estar en todas las secuencias», añade Ríos.
Otra parte esencial es la relación con los actores. «El 90% de ellos mejora a su personaje. En origen es una creación tuya, pero después el actor lo transforma, le da vida, y cuando vuelve a ti es autónomo. Sin darte cuenta tu ya escribes pensando en su voz, sus gestos...», cuenta Alberto Caballero, cuya comedia engancha en cada capítulo a más de cuatro millones de espectadores. «Una d cada diez personas que te encuentra por la calle ven tu serie, y muchas te lo agradecen, yo ahí si saco pecho», concluye Caballero. Como no hacerlo cuando «un poquito de por favor» o «merengue merengue» forman ya parte del imaginario colectivo.
Categoría: OCIO Martes 23 de Junio del 2015
